-->


Y, luego, ocurrió algo del todo inesperado: sobre sus labios se dibujó una ligerísima sonrisa... ¡Bueno, prácticamente invisible; una sombra de sonrisa...! Pero era la primera vez que asistíamos a semejante fenómeno... Era tan alucinante.... ¡Una sonrisa minúscula estallando en ese rostro como si le transmitiera toda la alegría del mundo!

Daniel Pennac. Kamo y yo

No hay comentarios:

Publicar un comentario