—No aguantaba más. Cuatro días y cuatro noches de peleas es algo que acaba hasta con el hombre más paciente.
Susi asintió de nuevo con un movimiento de cabeza como si entendiera a papá, pero no entendía nada. ¿Por qué tenía que pelear cuatro días y cuatro noches? Siempre se necesitan dos para una pelea.
Christine Nöstlinger.
Un marido para mamá
No hay comentarios:
Publicar un comentario