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—Sí —dijo Chick—. Sin embargo, no se fue. Entonces dije: “Yo voy hacia allí”, y ella dijo: “Yo no”, y agregó: “Yo voy hacia allí”.
—Es extraordinario —aseguró Colin.
—Entonces contesté: “Yo también”. Y estuve en todos los lugares donde estuvo ella.

Boris Vian. La espuma de los días

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