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Y se me ocurrió que, en el fondo, tal vez los seres humanos no estábamos hechos para llevarnos bien los unos con los otros, como si alguien se hubiera equivocado completamente de camino cuando llegó a pensar que era bueno eso de llevarnos bien... tal vez llevarnos bien no debiera ser la meta de nadie. Quizás al repelernos los unos a los otros es cuando vemos las cosas como son. Pero esta gente estaba ahí celebrando un picnic sin hormigas y yo me encontré extrañando las hormigas. A pesar de que podía ver a todas luces que esa era simple y llanamente su manera de ser y que no me lo hubiera querido perder por nada del mundo, todo me pareció muy extraño.

Polly Horvath. Las vacaciones

4 comentarios:

  1. Leí esto y me vinieron ecos de Camus y "La peste". Más específicamente, de una reflexión de Tarrou bastante similar. Por los fragmentos que estás citando, el de Horvath debe de ser un gran libro.

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  2. Es un gran gran libro, síp. Lo recomiendo.
    No tengo presente lo de Camus, lo leí allá lejos y hace tiempo, cuando no era tan subrayadora. Y vaya a saber a dónde está ese libro ahora...

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  3. Me autocito porque es lo que tengo más a mano:

    <>

    http://www.agenciamp.com.ar/Sociedad/s_2008_06_10.htm

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  4. Ah, maldito Blogger y sus "peculiaridades" con el formateo... Nuevo intento de autocita:

    De hecho, la observación es tan atinada que todo el mundo había caído en la cuenta de ese fenómeno hace ya mucho tiempo, empezando por Albert Camus en “La peste” (1947), cuando hace decir a Tarrou que todos estamos apestados, que todos llevamos el mal en nosotros mismos y que “en este mundo no podemos hacer un movimiento sin exponernos a matar”.

    Lo natural, lo dado, el estado por defecto, es el microbio, dice Tarrou, dice Camus. Es el verdadero pecado original que nos acompaña siempre, Dios o no Dios: la intrincada red de las dependencias humanas, el choque siempre posible, el efecto mariposa.

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