Quién más quien menos le traía un sapo para que se lo transformara en príncipe.
—¿Me lo podrías hacer alto y de ojos verdes? —le pedían—. Y que no se la pase saltando todo el tiempo.
O le encargaban una pócima de amor.
—De litro, por favor, porque es para un gigante que ni me mira.
Liliana Cinetto. Cuentos locos para leer poco a poco
No hay comentarios:
Publicar un comentario